La atmósfera de Marte es muy tenue, con una presión superficial de
sólo 7 a 9 hPa frente a los 1033 hPa de la atmósfera terrestre. Esto representa una centésima parte de la terrestre. La
presión atmosférica varía considerablemente con la altitud, desde casi 9 hPa en las depresiones más profundas,
hasta 1 hPa en la cima del Monte
Olimpo. Su composición es fundamentalmente: dióxido de
carbono (95,3%) con un 2,7% de nitrógeno, 1,6% de argón y trazas de oxígeno molecular (0,15%)monóxido
de carbono (0,07%) y vapor de agua (0,03%). La proporción de otros elementos es ínfima
y escapa su dosificación a la sensibilidad de los instrumentos hasta ahora
empleados. El contenido de ozono es 1000 veces menor que en la Tierra, por lo
que esta capa, que se encuentra a 40 km de altura, es incapaz de bloquear la radiación
ultravioleta.
La atmósfera es lo bastante densa como para
albergar vientos muy fuertes y grandes tormentas de polvo que, en ocasiones,
pueden abarcar el planeta entero durante meses. Este viento es el responsable
de la existencia de dunas de arena en los desiertos marcianos.
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